BLOQUE POLITICO-MILITAR "EE.UU - ISRAEL"

La influencia de Israel sobre los Estados Unidos llega, en la actualidad, a niveles increíbles...

No vamos a entrar a discutir sobre el origen del apellido de Mónica Lewinsky, porque lo sospechamos. Tampoco vamos a demacrarnos intentado explicar las influencias que hay en torno a esta controvertida muchacha, que la llevaron en un plazo meteórico de la nada a los más selectos salones de la Casa Blanca, porque también podemos suponerlos. Menos nos interesa la inocencia o culpabilidad de Clinton, o los detalles más voyeristas de sus sesiones de sexo oral, ni el lanzamiento del libro al respecto, porque de eso se ha hablado suficiente... Sólo nos vamos a referir a dos puntos que no han sido profundizados por la todopoderosa prensa mundial, pues no corresponde a noticias que activen las fantasías sexuales de la chusma:

1.- Sobre el ataque que Bill Clinton ordenó contra Bagdag y su entorno entre 1997 y 1998, con el objeto de limpiar su nombre (tan manchado como el propio vestido de Mónica Lewinsky), el líder Sadam Hussein ha demostrado con videos y fotografías reales que los bombardeos se hicieron sobre terrenos urbanos y no sólo en bases militares, como se dijo. Esto significa que por una chupada sexual debió morir gente inocente como una forma de mantener el falso prestigio del criminal, ex- hippie marihuanero y aficionado a los burdeles de Bill Clinton. Los mafiosos de la ONU dieron su aprobación moral a lo sucedido, así como los gangsters de la OTAN. Nadie los lloró; ni siquiera hubo un lamento para ellos, como los que el Presidente de los Estados Unidos emitía seguramente mientras la Lewinsky hacía lo suyo. A pesar de todo esto, la sociedad estadounidense lo perdonó, al punto de recibir apoyo financiero de sus varios personajes públicos, entre los que destacan los millones del director de cine Steven Spielberg (con ese apellido, ¡era que no!), autor de ingeniosas fantasías fílmicas como "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo", "Parque Jurásico" y "La Lista de Schindler".

2.- Ha aparecido extraña evidencia de que el Mossad, servicio de inteligencia del país de donde parece proceder el apellido de la Lewinsky, tenía grabadas más de 30 horas de "chacoteo" sexuales vía teléfono, entre la muchacha y Clinton, en plena época del affaire amoroso. Estas cintas fueron captadas interviniendo "secretamente" en teléfono de Mónica (¡en el ultra vigilado edificio de Watergate!) por orden del general Danny Yatom, jefe de inteligencia de la organización de espionaje y terrorismo internacional. Con estas grabaciones, cuando el hecho aún no era conocido y justo después de terminado el romance, Israel comenzó chantajear a Clinton presionándolo para que el FBI dejara en paz a uno de los agentes israelíes en Estados Unidos. El apodo del espía era "Mega". Por otro lado, el periódico inglés Daily Telegraph aseguró tener pruebas de que el Mossad usó además estos archivos en 1997 para obligar a la Casa Blanca a permitirse el acceso a las cartas confidenciales del ex-secretario de estado, Warren Christopher, al líder Yasser Arafat. Sería por esta razón que Clinton se negó a recibir en persona a Benjamín Netanyahu en noviembre de ese mismo año, cuando el mandatario israelí visitó Washington. La Lewinsky resultó, entonces, una carnada perfecta para un presidente tan fogoso como Clinton. Curioso y sospechoso resulta, además, que poco después comenzaran los nuevos ataques a Bagdag sin ninguna razón justificada ni provocaciones, contra del Líder de los Hijos de Dos Ríos, o sea, Hussein. Fue la forma en que Israel hizo celebrar al mundo los 50 años de la fundación de su mugroso Estado.

Las intervenciones del imperialismo judaico no siempre son directas y claras. En nuestro país se han dado a veces de forma solapada, muy en confidencia, como cuando el Embajador de Estados Unidos en Chile se excusó de permanecer en nuestro país partiendo súbitamente al suyo justo unos días antes de que se cometiera en atentado contra el General Pinochet de 1986, en el que perdieron la vida cinco de sus hombres de seguridad, pero del que él salvó milagrosamente.
Siempre se tuvo la impresión de que el atentado fue planeado en Norteamérica aún cuando sus ejecutores hayan sido grupos de ultra izquierda con etiqueta de "antiimperialistas". Por esos días del atentado, además, hubo una gran cantidad de personajes públicos que arrancaron momentáneamente al exterior mientras sucedían los hechos, como algunas autoridades políticas y hasta religiosas. Entre estas últimas, el Gran Rabino de Chile, que partió a Israel, y el Cardenal de la Iglesia Católica, que esperaba en Argentina el desarrollo de los acontecimientos en compañía de algunos dirigentes de la izquierda marxista.

Parte de este intervencionismo lo ejecuta Estados Unidos a través de la ONU y, sobre todo, por medio de la OTAN, canalizando los intereses de Israel contra el mundo árabe y contra los restos de Yugoslavia, un país de base étnica aria.
El caso de Panamá no sólo es la prueba de la aplicación del "nuevo intervencionismo" de la renovada Doctrina Monroe para los nuevos tiempos de América Latina, sino que además nos deja en claro las oscuras manos que mueven estos hilos desde la ilegalidad. George Bush, que fuera jefe máximo de la CIA justo en los tiempos de la muerte de Kennedy tenía fuertes negocios relacionados con la droga en Panamá, tal como la CIA venía haciéndolo desde hacía años luego de haber tomado el estilo de negocios de narcotráfico iniciados por Inglaterra con personajes como Thimothy Leary o otros fomentares de la drogadicción como forma de vida y de ampliar la percepción humana a niveles alucinantes. Noriega, el ex-agente de la CIA apodado "Cara de Piña", es quien lleva los negocios de narcóticos en el paso interoceánico, pero cae en la tentación de intentar independizarse traicionando a los jefes de Estados Unidos, que fraguan el ambiente de conflicto en tiempo récord justificando así su posterior intervención en Panamá. Eso explica el silencio absoluto al que ha sido sometido Noriega en su reclusión.

Cuando en 1995, durante el mes de abril, viene a Chile George Bush traído por la empresa de telecomunicaciones VTR (en 1998 vendría Clinton apoyado por otra empresa de telecomunicaciones, ENTEL), un increíble corte de luz afecta a la mitad de las regiones de nuestro país, incluyendo la capital. Literalmente, casi todo Chile quedó a oscuras. Nunca se pudo explicar convenientemente, siendo un terrorífico misterio. Sin embargo, un apagón similar tuvo lugar en Estados Unidos el 9 de noviembre de 1977, el "Gran Apagón de New York", haciendo colapsar los sistemas públicos de ocho estados, sin que exista tampoco una explicación razonable para ello. Es la forma en que el Gobierno Mundial celebró el aniversario del amnisticio de la Primera Guerra mundial, firmado el 9 de noviembre de 1918. Esto estaba anunciado en agosto de 1972, cuando Philip Rothschild declaraba ante el "Consejo de los Trece" (la entidad judía mundialista más importante en jerarquía después de los Sabios de Sión) en San Antonio, Texas, este extraño mensaje: "Cuando veáis apagarse las luces de New York, sabréis que nuestro objetivo ha sido alcanzado".

Si los apagones gigantes son una sui generis forma de celebrar el triunfo del judaísmo, entonces, ¿qué celebraban en Chile?... Ese período no sólo fue el de aquella visita de Buch, el mismo día del apagón, sino que además fue el día en que se inauguró la "Tarjeta de Débito" o de dinero digital en nuestro país, y coincide con el período en que fue hecho prisionero el General Contreras y el Brigadier Espinosa (ambos trasladados a una cárcel especial en "Punta Peuco", curiosamente aledaña a una instalación de la NASA), con la entrega de Laguna del Desierto a Argentina como parte del Plan Andinia y la completación de la mayor la mayor parte de las compras del Sur de Chile por magnates norteamericanos como Douglas Tompkins.

Unos años después, la Secretaria de Estado de la sede del Imperialismo es Madeleine Albright (cuyo lema es "la guerra es la mejor forma de hacer diplomacia"), hija de un judío checoslovaco llamado Joseph Korbel, quien fue asistido durante la guerra por una familia que le dio alojo, pues se presentó como un "perseguido por el régimen nazi (que novedad ¿no?) Y éste, en un agradecimiento a la mano tendida, les robó todas las joyas y las colecciones de arte que tenían en la casa, con las que partió a América. Ahora, disfrazada con el nombre pseudónimo de Albright -intentó ocultar por todas las formas su origen- es en realidad la que ha llevado la batuta en asuntos bélicos como los ataques de Estados Unidos a Irak, el intervencionismo asesino en Yugoslavia (incluso algunos periodistas han llamado el conflicto de Kosovo como "la Guerra de Madeleine") y las "negociaciones de paz" de palestinos e israelíes, dirigidas desde Estados Unidos. Nuevamente, en estos conflictos la OTAN ha tenido un papel protagónico.

Esta sombría presencia no es única ni de sorpresa, pues debemos recordar que casi todo el equipo "humano" de Bill Clinton, incluyéndose quizás él mismo, está formado por judíos que ha resultado fundamentales en las políticas intervencionistas yanquis. Sólo para ejemplificar, reproducimos un texto difundido por el nazismo brasileño con la cantidad de judíos que trabajaron con Bill Clinton, en un texto titulado "La Lista de Clinton":
"Los judíos que mandan los Estados Unidos - Relación de los Judíos en la Administración Clinton, no incluye posiciones de baja o media escala:

Madeleine Albright, Secretaría de Estado - Robert Rubin, Secretaría de la Tesorería - William Cohen, Secretaría de Defensa - Dan Glickman, Secretaría de Agricultura - George Tenet, Jefe de la CIA - Samuel Berger, Cabeza del Consejo de Seguridad Nacional - Evelyn Lieberman, Jefe Delegado de Staff - Stuart Eizenstat, sub.-Secretaria de Estado - Charlene Barshefsky, Representante Comercial de USA - Susan Thomases, Asesora de la Primera Dama - Joel Klein, Asistente Fiscal - Gene Sperling, Consejo Económico Nacional - Ira Magaziner, Prevencion de Salud Nacional - Peter Tarnoff, Secretario Delegado de Estado - Alice Rivlin, Consejero Económico - Janet Yellen, Presidenta del Consejo Económico Nacional - Rahm Emanuel, Asesor Policial - Doug Sosnik, Consejero de la Presidencia - Jim Steinberg, Jefe Delegado de Seguridad Nacional - Jay Footlik, Coordinador Especial de la Comunidad Judía (ningún otro grupo étnico tiene coordinador especial) - Robert Nash, Jefe Personal - Jane Sherburne, Asesora Legal de la Presidencia - Mark Penn, Experto en Asia para el Consejo Económico Nacional - Sandy Kristoff, Jefe de Prevención de Salud - Robert Boorstin, Asesor de Comunicaciones - Keith Boykin, Asesor de Comunicaciones - Jeff Eller, Asistente Personal de Bill Clinton - Tom Epstein, Consejero de Prevención de Salud - Judith Feder, Consejo de Seguridad Nacional - Richard Feinberg, Asistente de la Secretaría de Veteranos - Hershel Gober, Administración de Alimentos y Medicinas - Steve Kessler, Consejo de la Casa Blanca - Ron Klein, Asistente de la Secretaría de Educación - Madeleine Kunin, Asesora de Comunicaciones - David Kusnet, Departamento de Programas del SIDA - Margaret Hamburg, Directora de Conferencias de Prensa - Many Grunwald, Coordinador de los Representantes Judíos - Karen Adler, Director del Departamento de Policía de Estado - Samuel Lewis, Consejo de Seguridad Nacional - Stanley Ross, Consejo de Seguridad Nacional - Dan Schifter, Director de las Fuerzas de Paz - Eli Segal, Jefe Delegado de Staff"... ¿Alguna duda?

Afortunadamente, aún existen en Estados Unidos hombres dignos agrupados en torno a los grupos confederacionistas, al KKK y a la memoria del líder norteamericano George Lincoln Rockwell, para poder librar a su país de esta detestable servidumbre que los ha llevado sólo al caos y la corrupción. Ojalá que esa antorcha no se apague jamás.