"EL CÓDIGO DE BARRAS DE "LA SEGUNDA" LLEVA EL 666 A CUESTAS"
Por Andrea Lagos
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Amigo de Hermann Hesse, Jung, Nerhu e Indira Gandhi. Sobrino de Vicente Huidobro y pariente de Juan Antonio Ríos. Ministro y embajador en tiempos de Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri y Frei Montalva. Amigo de Allende, admirador de Arturo Prat, Hitler y el Padre Lacunza. Miguel Serrano Fernández, 84 años, nazi por convicción y diplomático por conveniencia, investigador del Oasis de Aguas Templadas que asegura está en la Antártida Chilena, vendedor de alfombras persas y libros raros para sobrevivir en el "Período del Caliyuga" (así llama a la era actual). Para Miguel Serrano nada es lo
que parece, el futuro del mundo está en la Patagonia y que -para su pesar- Chile reemplazó definitivamente la estrella de cinco puntas por la de David. Además, sentenció que los "Chicago Boys", los "judíos usureros" y la globalización acabaron con la verdadera amistad y con la posibilidad de una economía basada en el trueque. Por último, nos lanzó, en secreto, que faltaban más atentados del tipo "Torres Gemelas". Se nos viene nada menos que el apocalipsis. Y aún con estos oscuros presagios, Miguel Serrano mantiene la calma en sus pupilas arias, porque su estrella, esa Svástica que pende en el dintel de su puerta, no se la sacan ni con sendos Boeing 747.
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THE CLINIC: ¿Qué signos apocalípticos vio en la caída de "Las Gemelas "?
MIGUEL SERRANO: Todo eso ha sido preparado. Era algo que se esperaba. Yo mismo lo había dicho y escrito. Varias personas que trabajan conmigo lo sabían también. Esto se produjo para provocar un cambio total en el sistema y para controlar aún más al mundo. Se necesitaba un atentado así para provocar esta sicosis que repiten una y otra vez
en la tele.
THE CLINIC: ¿Quién quiere controlar al mundo?
MIGUEL SERRANO: Hay un gobierno secreto que controla desde la oscuridad los designios de la Tierra. Tiene que ver con la globalización -que tiene tan entusiasmado al gobierno de Chile- y que no es más que una manera de terminar con las independencias
nacionales. Con eso se pretende lograr un centro de poder único que puede estar en muchas partes, pero que, a fin de cuentas, no sabemos dónde está realmente. Por ahora creo que está en EE.UU.
THE CLINIC: Eso es cuento sabido. EEUU "tiene el poder" hace rato...
MIGUEL SERRANO: Además de ese poder que ya tienen, quieren además poseer el control mundial mediante la legislación internacional, limitando la independencia de los países para decidir por sí mismos y juzgando en cualquier parte del mundo a quien perturbe sus intereses. Y para lograr eso, usan como pretexto el terrorismo.
THE CLINIC: ¿Qué tiene de malo una ley internacional?
MIGUEL SERRANO: Con eso se acaba Chile y cada uno de los gobiernos nacionales. Así como en 24 horas terminaron con el marxismo y el comunismo, ahora van a cambiar el sistema monetarista económico mundial. Usted va a ver que sólo se va a usar dinero plástico. Y cada uno de nosotros va a llevar un código de barras impreso en la piel.
THE CLINIC: ¿En la piel?
MIGUEL SERRANO: Como un tatuaje. Cuando llegue el final de los tiempos y venga la destrucción total, vendrá el imperio de la bestia. Su número es el 666 y este número estará impreso en la carne del hombre. Quien no lo tenga, no podrá vender ni comprar. En todas las tarjetas de crédito está el 666 y dentro de poco va a estar en el carné de
identidad. El código de barras del diario "La Segunda" lleva el 666 a cuestas.
THE CLINIC: ¿Y qué hay de su tarjeta de crédito?
MIGUEL SERRANO: También está poseída. Estamos todos bajo el mismo designio. Y eso lo dijo el Apocas hace más de dos mil años.
THE CLINIC: ¿Oiga, mi tarjeta Visa también?
MIGUEL SERRANO: Todas, mijita, pero la gente no se da cuenta de nada. Aquí están todos hipnotizados por los mensajes subliminales que emite la televisión, la prensa y la radio.
THE CLINIC: ¿Nadie se salva?
MIGUEL SERRANO: Nadie.
THE CLINIC: ¿Quién emite las órdenes en América Latina?
MIGUEL SERRANO: David Rockefeller. Quien quiera ser Presidente de Chile tiene que ir a hablar con él.
THE CLINIC: ¿Piñera fue?
MIGUEL SERRANO: Allá fue a hablar.
THE CLINIC: Y Lavín?
MIGUEL SERRANO: Lavín no lo necesita.
THE CLINIC: ¡¡¡Por qué él no!!!
MIGUEL SERRANO: Porque es Opus Dei. Ese está controlado completamente, ya está listo, no tiene remedio.
THE CLINIC: No le puedo creer..., ¿es cierto?
MIGUEL SERRANO: Oye, hay muchos a quienes le ponen chip para dirigirlos mejor. La Embajada norteamericana es un búnker que tiene la maquinaria más avanzada del mundo. Desde ahí emiten las ondas psicotónicas para regular a los monigotes que hacen lo que ellos quieren.
THE CLINIC: Y con tanta tecnología, ¿cómo no cacharon los aviones que se les venían encima?
MIGUEL SERRANO: Todo estaba preparado.
THE CLINIC: Según usted, ¿fue un circo?
MIGUEL SERRANO: Una maniobra para concretar sus fines y eso no sólo lo digo yo.
THE CLINIC: ¿Tiene alguna prueba?
MIGUEL SERRANO: Cuatro mil empleados no fueron a trabajar el 11 de septiembre. Ese mismo día, el Primer Ministro de Israel tenía que dar una charla sobre Sionismo en EE.UU. y los servicios de inteligencia le impidieron asistir. En la lista de muertos, no aparece ningún judío.
¿Usted cree que los árabes iban a ser capaces de preparar una cosa tan fantástica?
THE CLINIC: A estas alturas todo puede suceder...
MIGUEL SERRANO: ¿Tienen los árabes la capacidad de encajar perfecto en una torre? En el Pentágono detectan hasta el vuelo de una mosca y resulta que se les pasa el avión que se les viene encima: ¡Imposible!
THE CLINIC: Y en definitiva, ¿quién gana?, ¿quién pierde con esto?
MIGUEL SERRANO: Estados Unidos pierde, su servicio de inteligencia queda como el forro. Los árabes, para qué decir, hoy día son unos criminales. Los únicos que salen ganando son los judíos.
THE CLINIC: Ya sacó a los judíos, don Miguel...
MIGUEL SERRANO: Es que o están dirigidos por pilotos robóticos o están preparados para generar una cosa tremenda. Es muy posible que se necesite otro atentado, porque aún la gente no está lo suficientemente conmovida.
THE CLINIC: Oiga, no entiendo nada. O yo estoy loca o veo pura gente llorando en la tele.
MIGUEL SERRANO: Aún la sensibilidad no ha calado lo suficiente.
"LOS NAZIS YA NO TIENEN CASO, MULTA. EL NAZISMO, ACTUALMENTE, ES UN ROMANTICISMO. PERO EN EL FINAL DE LOS TIEMPOS LA NATURALEZA NO VA A PERMITIR QUE "ELLOS" TENGAN EL PODER. VAN A SER MUY POCOS LOS QUE SE
VAN A SALVAR"
LOS PACOS DE LA MONEDA
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THE CLINIC: Si le ponen a Bin Laden y a Bush, ¿con cuál líder se queda?
MIGUEL SERRANO: Bin Laden es un total desconocido, ni en Afganistán lo conocen. Bush es un ignorante. Pasa que todos los presidentes de EEUU, de Chile o de cualquier país- son unas marionetas. Si no hacen lo que "ellos" mandan, los matan como a Kennedy.
THE CLINIC: ¿Quiénes son "ellos" por favor?
MIGUEL SERRANO: Un gobierno secreto, linda, que pretende establecer una esclavitud total. Son aquellos que controlan las finanzas del mundo. ¿De qué nacionalidad es Greenpeace? ¡Judíos! Ellos tienen el poder para controlar totalmente a las personas y a los países. El sur de Chile, por ejemplo, lo están vendiendo a pedazos.
THE CLINIC: Y en cuanto a raza, ¿todavía cree que "los pacos de La Moneda" son el mejor ejemplo de la raza chilena?
MIGUEL SERRANO: Los guardias de Palacio tienen un sentido patriótico de la vida muy especial. Tienen adentro valores diferentes, nobles. El araucano, también los tiene.
THE CLINIC: ¿Qué haría con esa raza que nombró al último, tan apabullada por los chilenos?
MIGUEL SERRANO: Los araucanos están cabizbajos porque no han encontrado una expresión propia. La diferencia entre un país que tiene raza con otro que no la tiene es que el primero necesita un líder que interprete ese inconsciente colectivo interior. La raza chilena, nacida de los mapuches, tiene un sentido casi místico. Este es un país que se levanta de la nada para comenzar otra vez, es maravilloso.
THE CLINIC: ¿Pero qué tienen que ver los pacos en esto?
MIGUEL SERRANO: El teniente Merino murió por Chile en Laguna del Desierto. ¿Qué más nobleza que morir por la patria? Otro héroe magnífico es Arturo Prat. Si salta él, saltan todos; si no hubiera saltado, no salta nadie. Los pueblos que no tienen raza como los
italianos o los argentinos prefieren el salto del otro, ellos no se arriesgan.
THE CLINIC: ¿Y los alemanes?
MIGUEL SERRANO: Los alemanes sí que tienen raza, aparece un líder y lo siguen hasta la muerte. A Hitler lo siguieron porque interpretó a la raza alemana.
THE CLINIC: ¿Qué pasa con los líderes chilenos?
MIGUEL SERRANO: Se chingan.
THE CLINIC: ¿Por qué?
MIGUEL SERRANO: No sé, mijita linda...
THE CLINIC: ¿Se "chingó "Allende?, ¿Pinochet?
MIGUEL SERRANO: Los dos se chingaron. Allende, en vez de gobernar, se dedicó a la farra. Yo lo conocí bastante, por eso lo digo.
THE CLINIC: Usted que fue embajador de Frei padre, ¿qué le parece el hijo?
MIGUEL SERRANO: Otro que se chingó... Yo quería decirle que no entregara Laguna del Desierto y ni me oyó, fijese. Eso no se hace. En cambio el padre, era otra cosa.
HESSE, HITLER, JUNG, LA JUNTA
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THE CLINIC: ¿Por qué se mandó a cambiar a la India?
MIGUEL SERRANO: Me destinaron a ese país porque yo quise, porque me interesaba la historia, lo espiritual, no porque me importara la diplomacia. Yo no quería saber nada de eso. Pero quería ir a la India y no tenía plata. La única manera de ir era como diplomático.
THE CLINIC: ¿Quién le hizo ese tremendo favor?
MIGUEL SERRANO: Yo le ayudé en la campaña presidencial a Ibáñez.
THE CLINIC: ¿Al paco Ibáñez?
MIGUEL SERRANO: Paco, pero muy diferente a Pinochet. Pinochet se
chingó totalmente.
THE CLINIC: ¿Habló alguna vez con Pinochet?
MIGUEL SERRANO: Una sola vez, cuando me invitó la Junta de Gobierno
para informar cómo se veía la cosa desde afuera.
THE CLINIC: ¿Lo trajeron de la India?
MIGUEL SERRANO: No, yo ya estaba viviendo en la casa de Herman [sic]
Hesse.
THE CLINIC: ¡Vivía con Herman [sic] Hesse!
MIGUEL SERRANO: En su casa, pero él estaba muerto.
THE CLINIC: ¿No le penaba?
MIGUEL SERRANO: Conversábamos. Teníamos largas conversaciones.
THE CLINIC: Oiga, no me cuentee, porque yo también hablo con los
muertos.
MIGUEL SERRANO: Es verdad lo que le digo. Por lo demás, fue él quien me dijo que volviera a Chile, de una manera muy curiosa. Además, dialogué en vida, largo y profundo con Hesse y el profesor Jung. Este último me escribió una carta con su testamento ideológico. Nosotros formamos -con Jung y Hesse- un Círculo Hermético, de gran fecundidad intelectual.
THE CLINIC: Dejamos en el aire lo que le dijo a la Junta militar cuando la tuvo en frente, ¿qué fue?
MIGUEL SERRANO: Me paré en frente y les dije: "Señores, ustedes son prusianos y deben saber que el prusianismo no es privativo de los militares del Ejército. También hay civiles prusianos. Yo soy un prusiano, así que vamos a hablar de general a general", les advertí, mientras Merino ponía su pistola sobre la mesa. Seguramente pensaba que me iba a hacer pipí de susto, pero continué con total aplomo: "La gran oportunidad de Chile es ahora. A ustedes se les va a venir el mundo encima, porque a alguien aquí se le pasó el caballo. El golpe debe durar un tiempo y luego hay que entregar el país a la Democracia
Cristiana. Además, los servicios de inteligencia mundial se combaten, pero no se matan. La KGB no les va aguantar nunca esto. Han dañado intereses vitales.
"EL MUNDO LO DIRIGE UN GOBIERNO SECRETO QUE PRETENDE ESTABLECER UNA
ESCLAVITUD TOTAL. SON AQUELLOS QUE CONTROLAN LAS FINANZAS DEL MUNDO.
¿DE QUÉ NACIONALIDAD ES GREENPEACE? ¡JUDÍOS!"
THE CLINIC: ¿Qué le dijeron?, ¿lo miraron muy feo?
MIGUEL SERRANO: Como el diablo, pero me las arreglé diciendo que en verdad, a la que se la había pasado el caballo era a la Vírgen del Carmen.
THE CLINIC: Además, les recomendó gobernar con un "socialismo prusiano" ¿Cómo es esa mescolanza?
MIGUEL SERRANO: El socialismo prusiano es con el arado en una mano y el fusil en la otra. Les dije que había que mantener un régimen de campamento militar, donde todos comieran del mismo rancho.
THE CLINIC: Mucho caso no le hicieron.
MIGUEL SERRANO: Para nada.
THE CLINIC: ¿A Hitler también se le pasó el caballo con el Holocausto?
MIGUEL SERRANO: Esa es una soberana mentira. El Holocausto es una sicosis que han creado en el mundo en base a una falacia. Hitler no quería matar a los judíos, quería sacarlos de ahí y meterlos en Madagascar. Cámaras de gases no han existido nunca en Auswitch [sic]. Y eso está probado científicamente.
THE CLINIC: ¿Cómo?
MIGUEL SERRANO: El joven judío David Cole tampoco creía hasta que fue a Auswitch [sic] para investigar científicamente el supuesto Holocausto. Terminó haciendo un video, vestido de judío para que no creyeran que era nazi, diciendo que el Holocausto era la más tremenda falacia inventada jamás.
THE CLINIC: ¿Quién conoce a David Cole?
MIGUEL SERRANO: Aquí mismo tengo el video, luego se lo muestro.
THE CLINIC: ¿Para usted, los judíos han sido la peor epidemia del
siglo?
MIGUEL SERRANO: Ellos están luchando por el poder mundial. Son una raza, los racistas más racistas. Se casan entre ellos. ¿Ve usted a un judío casarse con una negra? ¡Jamás! Los judíos finalmente van a construir un centro para establecer su poderío mundial y ¿sabe a dónde va a estar?
THE CLINIC: Ni idea.
MIGUEL SERRANO: En la Patagonia. ¡Oiga!, pero si uno ataca a un judío, todos los demás se le vienen encima. Están unidos porque los han perseguido, los han echado de todas partes ¿y por qué? Porque insisten, en formar estados dentro de otros estados.
THE CLINIC: ¿Qué gracia tiene la Patagonia?
MIGUEL SERRANO: Ahhhhhh, muchas. ¡Ahí están las mayores riquezas del mundo! Clima apto para vivir, reservas de agua, molibdeno, plutonio, bauzita... todos esos minerales que se usan en la era espacial. Y Frei entregó la Laguna del Desierto como si nada. Y ¿qué anda haciendo misteriosamente en el sur de Chile el hijo del príncipe Carlos? "Ellos" no más lo saben.
THE CLINIC: Y el presidente Lagos ¿"sabe"?
MIGUEL SERRANO: Tan tonto no será. ¡Cómo no va a saber, si tenía a la Politzer, que es judía! Antes era ella encargada de Comunicaciones, ahora la Politzer está en la televisión, mandando mensajes subliminales.
EL MELIMOYU
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THE CLINIC: Don Miguel, ¿empezó el Cuarto Reich?
MIGUEL SERRANO: Noooo, los nazis ya no tienen caso, mijita. El nazismo, actualmente, es un romanticismo. Pero en el final de los tiempos la naturaleza no va a permitir que "ellos" tengan el poder. Van a ser muy pocos los que se van a salvar. Tompkins está asegurado.
THE CLINIC: ¿Por qué se salva Douglas Tompkins?
MIGUEL SERRANO: Si se adueñó de las tierras más hermosas de Chile y es un palo blanco de Rockefeller, ¿cómo no va a estar asegurándose? Rockefeller está comprando todos los bosques vírgenes del planeta.
THE CLINIC: ¿Y usted no tiene ni un pedacito de tierra donde
guarecerse?
MIGUEL SERRANO: Yo tuve ocho mil hectáreas de tierra en el Melimoyu y me las quitó Sergio Meldnik de ODEPLAN en el gobierno de Pinochet.
THE CLINIC: ¿Se quedó sin pan ni pedazo?
MIGUEL SERRANO: No crea, queda esperanza, no podemos permitir que esta gente se tome el mundo. Seguiremos luchando, porque cuando venga el cataclismo final, cuando la naturaleza no acepte tanto desorden, ahí vendremos nosotros. Y en la Antártica tenemos la fuerza, porque allí hay una sorpresa, que algún día descubriré. Yo he ido a varias expediciones a la Antártida y estoy cerca de encontrar el Oasis de las Aguas Templadas. Los que ríen último, ríen mejor. ¿Por qué usted no va para allá también?
MILLÓN DE AMIGOS
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THE CLINIC: ¿Cuándo se echó a perder la política en Chile?
MIGUEL SERRANO: ¿Puedo decirlo?
THE CLINIC: Si ha dicho tanto... Déle no más.
MIGUEL SERRANO: La política se echó a perder desde que se vinieron los pacatos al gobierno. Con los demócrata cristianos se terminó una cosa fantástica: la amistad. Antes no importaban las ideas políticas, porque el amigo era el amigo. Yo le decía a Jaime Gazmuri cuando era cabro, ¡no fumes, oye! Y ahora si me lo topo, capaz que se asuste.
¡Qué tontos! Yo estuve en una lista negra por muchos años, pero iba donde mi amigo, el presidente del Banco de Chile y él sumaba los números del boleto de tranvía con que había llegado y me pasaba esa misma cantidad en dinero.
THE CLINIC: Ya no quedan amigos de esa clase... Y ahora, ¿tiene
amigos?
MIGUEL SERRANO: Hasta amigos judíos tengo. A Volodia Teltelboim [sic] lo conozco de cabro. Vienen a mi casa muchos chiquillos jóvenes a compartir sus problemas personales, son gente encantadora que se aburren con la ortodoxia. Plata me falta, amigos me sobran. Ya está.
"EL DÍA DEL ATAQUE, EL PRIMER MINISTRO DE ISRAEL TENÍA QUE DAR UNA CHARLA SOBRE SIONISMO EN EE.UU. Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA LE IMPIDIERON ASISTIR. EN LA LISTA DE MUERTOS, NO APARECE NINGÚN JUDÍO".