…"Nuestros mejores enemigos no han de tener consideraciones con nosotros. Ni tampoco los seres que amamos con amor entrañable. ¡Os voy a decir, pues la pura verdad! ¡Hermanos guerreros! Os amo con amor entrañable. ¡Os voy a decir, pues la pura verdad! Conozco el odio y la envidia que anida en vuestros corazones. No sois lo suficientemente grandes como para conocer de odios y envidias. ¡Sed pues los suficientemente grandes como para no avergonzarse de tales sentimientos! Y ya q no podéis ser santos varones del conocimiento, sed al menos, sus guerreros; que son los precursores de tal santidad. Veo muchos soldados; ¡Si viera muchos guerreros! "uniforme" es el nombre que llevan puesto ¡Si no escondieran bajo él la uniformidad! Habéis de ser hombres que en todo momento vayan en busca del enemigo, de vuestro enemigo. Y algunos de vosotros conocéis el odio a primera vista. ¡Buscad vuestro enemigo! ¡Librad vuestras guerras por vuestras concepciones! ¡y si sucumbe vuestra concepción, vuestra probabilidad ha de celebrar la derrota! ¡Amad la paz como medio de nuevas guerras! ¿ y amad la paz más breve que larga!. A vosotros no les aconsejo el trabajo sino la lucha. A vosotros no les aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Vuestro trabajo debe ser lucha y vuestra paz, victoria! Solamente armado con arco y flecha es como puede callar y estar quieto; de lo contrario se parlotea y se protesta. ¡Vuestra paz debe ser victoria! ¿Qué la buena causa santifica hasta la guerra? Yo les digo que la guerra santifica todas las causas. La guerra y la valentía han hecho cosas más grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra valentía han salvado ahora hasta ahora los accidentados. Preguntáis "¿Qué es bueno?". Ser valientes es ser buenos. Dejad que las niñas digan: "Es bueno lo que es bonito y enternece". Os tachan de hombres sin corazón, pero tenéis el corazón bien puesto y me gusta vuestra cordialidad vergonzante. Vosotros se avergonzáis de vuestra plenitud, y los demás de su pobreza. ¿Sois feos? ¡Bueno hermanos cubríos con lo sublime, que es el manto de la fealdad! Y cuando vuestra alma se ensancha, se torna arrogante, y en vuestra sublimidad, hay malicia. Os conozco. En la malicia el arrogante coincide con el débil. Pero no se entienden. Os conozco. Sólo debéis tener enemigos que odiar, no enemigos que despreciar. Debéis estar orgullosos de vuestros enemigos; así, así también triunfos muy vuestros. La rebeldía es la distinción del esclavo. ¡Vuestra distinción debe ser la obediencia! ¡Incluso vuestro mandar debe ser un obedecer! El buen guerrero prefiere el "yo debo" al "yo quiero". Y todo lo que es grato debéis hacéroslo mandar. Vuestro amor a la vida debe ser amor a vuestra suprema esperanza. ¡Y vuestra suprema esperanza debe ser la concepción suprema de la vida! Y vuestra concepción suprema de la vida debéis hacérosla mandar por mí. He aquí la fórmula: el hombre es algo que debe ser superado. ¡Llevad pues vuestra vida hecha obediencia y guerra! ¡qué importa la vida larga! ¡el guerrero no espera que se tengan consideraciones con él! ¡Yo no tengo consideraciones con vosotros; os amo con amor entrañable, hermanos guerreros!...
Extraído de "Así habla Zaratustra" de Friedrich Nietzsche