EL CAPITALISMO Y EL IMPERIALISMO AL SERVICIO DEL JUDIO INTERNACIONAL.

La "Guerra Fría" es uno de los fraudes más bien montados que se han hecho. El temor por la guerra atómica, la Espada de Damocles del mundo, permitió al judío incalculables avances en la conquista planetaria, hasta que Estados Unidos simplemente no pudo mantener más el montaje de la Unión Soviética, a cuya economía fracasada salió en ayuda varias veces, especialmente con las deudas del trigo. Era así como los "archienemigos" se ayudaban entre sí hasta que se hizo innecesaria la mantención del show de la amenaza de guerra a escala planetaria. El Capitalismo podía enfrentar el mundo ahora a su disposición, como arma judía mundialista.
Con la caída de la cortina de hierro, Estados Unidos tenía todo un campo libre para la operatividad de su servicial disposición al judío internacional, de modo que debió reevaluar sus estrategias y reorganizar sus líneas mundialistas para el nuevo panorama. Era la hora de dar un paso adelante en la llamada Doctrina Monroe de 1923, absolutamente judaica, que resume toda la política imperialista de Estados Unidos para con los países latinoamericanos. Pasaba de moda la era del judío Abrahan Ben Elazar, alias Henry Kissinger, de su doctrina intervencionista y de su participación como secretario de Estado en el país yanqui, quizás el verdadero gobernante de esa nación tras la figura de los presidentes como Ford y Nixon, siendo probable que este último haya sido traicionado en parte por Kissinger durante el famoso caso "Watergates" que le costara el puesto presidencial. Esto no es raro, pues Estados Unidos es el país que más judíos concentra en el mundo, especialmente en los barrios lujosos de New York, siendo su base operativa contra el resto del mundo.
Tomas Pickering, embajador de USA ante la ONU, afirmaría el 15 de Septiembre de 1991 que el concepto de NUEVO ORDEN INTERNACIONAL debía ser entendido en la perspectiva de lo que es la idea de "Seguridad Internacional" y, en segundo lugar, como instrumento redimensionador de la "Seguridad Internacional" al interior del Consejo de Seguridad de la ONU. De tal manera que, según el mismo Pickering, la ONU tendría los siguientes objetivos ante el Nuevo Orden Internacional:

a) Determinar procedimientos conducentes a orientar y conducir la "amplia gama de problemas que calificamos como internacionales: DEUDA EXTERNA, DESARROLLO, MEDIO AMBIENTE, DASARME, TERRORISMO, etc." (O sea, intervencionismo tan típico de los intereses judíos sobre el mundo.)

b) Reforma del Sistema Internacional propiamente tal. La OTAN no queda al margen de ésta rearticulación imperialista; lo hemos visto en la celebración de sus cincuenta años de existencia, que festeja atacando vilmente las poblaciones civiles de Yugoslavia, en 1999, territorio sobre el cual los judíos han puesto especial saña carnicera. Recuérdese que la Sociedad de las Naciones creada al final de la Primera Guerra, actual ONU, fue parte del plan de conquista planetaria fijado por el judío Theodor Herzl en 1897.

Carl Vuono, siendo Jefe de Estado Mayor del Ejército de USA, declara al New York Times, el 24 de Marzo de 1990, que "...en cuanto las dos superpotencias concluyan sus acuerdos de reducción de armamentos, las prioridades del Ejército serán la lucha contra el narcotráfico y la defensa de los regímenes democráticos de América Latina"... Y unos años después habrá que recordar casos como el de la invasión a Panamá, el reciente boicot contra los países afectados por el narcotráfico, el reconocimiento de "aliado bélico de USA" a Argentina, la intromisión de USA en el caso del General Pinochet en Europa, el permanente acercamiento de Aylwin y Frei a los mandatarios yanquis, etc.

El 21 y 22 de Abril de 1990, George Walter Landau, embajador itinerante del Departamento de Estado, en el marco de una reunión organizada por la TRILATERAL COMMISSION en Washington, señaló: "AMERICA LATINA ES LA ENCRUCIJADA; PRUEBA PARA LOS PAISES TRILATERALISTAS". Aquí, Landau expone la identificación entre "democracia" y "libre mercado" que exige reformas estructurales como "condición para recibir ayuda" (chantaje). Estas reformas estructurales son:

a) "Reducción del sector estatal"... Nota: ola de privatizaciones que afectó a Latinoamérica y que no solucionó ni en una pizca los problemas inflacionarios y de desempleos que sirvieron de excusa para tal acción. El Estado queda como una mínima fuerza fiscalizadora, pero adquiere poderes apocalípticos a la hora de ejercer represión y defender los intereses de los grupos de poder. Es la nueva imagen del Estado en la sociedad soñada por el judío: un Estado Orwelliano, cuyos límites de poder se confunden con los de los sectores influyentes y algunas organizaciones privadas (como las trasnacionales, o los "países virtuales").

b) "Supresión de restricciones a inversiones extranjeras", principalmente capitales judíos (fenómeno particularmente evidente en el mercado de las telecomunicaciones; que celulares, que PCS, que TV cable, que TV satelital, que wireless, que Internet, que beepers, etc.)

c) "Reducción de los aranceles protectores y liberación del comercio". Nótese como hoy, en Chile, durante la última década, el mercado ha ido quedando en manos de grandes cadenas y compañías, así como también el rubro de la energía.
Respecto a lo anterior, sería bueno recordar las palabras de George Bush sobre el mercado regional latinoamericano, que fueran repetidas durante su extraña visita a Chile a principio de los '90:

"Aguardamos con ansias el día en que las Américas no sean sólo el primer hemisferio totalmente democrático, sino que también (y aquí viene lo increíble) SEAN SOCIOS IGUALES EN UNA ZONA DE LIBRE MERCADO QUE VAYA DESDE LA ANCHORAG DE ALASKA HASTA LA TIERRA DEL FUEGO".

Para América Latina el cuadro está claro: se impone un modelo de capitalismo judaico rearticulado de explotación y saqueo en el marco de un "modelo de desarrollo", dirigido por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (que ya está convertido en un vulgar prestamista), pero que resulta altamente funcional y productivo para USA, la Unión Europea (Comunidad Económica), Japón y, en especial, a las trasnacionales, que ya se comportan como verdaderos países virtuales cuyos límites operan dentro de los países reales, llegando a tener incluso su propio "presidente" y poderes internos y autónomos, ajenos a los del contexto e intocables, como la ESO europea, que recibió en Chile más de 72.000 hectáreas de regalo en el desierto de Atacama, so pretexto de la construcción del Telescopio de Cerro Paranal ("el más grande del mundo", repite todo el mundo como parvada de loros), inaugurado hace un tiempo.
¿Qué determinancia tiene esta política absorbente en Chile? La más evidente fue quizás la intentona de nuestras autoridades por entrar al NAFTA y, posteriormente, al MERCOSUR.

Las mismas palabras de Bush, casi calcadas, fueron repetidas por Bill Clinton en su pasada por nuestro país, durante 1998. Su concepto de democracia universal no puede estar desligado del libre mercado, al punto que los considera "sinónimos" en lo fundamental, y quizás tiene razón, porque ambos ideales están en plena aplicación durante este momento, demostrando por sí solos sus ineficacias y sumiendo al mundo a una hambruna y miseria que nunca se había visto en la historia de la humanidad probablemente desde los períodos glaciares, y el criterio general es la aceptación y su defensa.

"Nosotros estamos encaminados hacia la creación de algo nuevo -dijo Bush hace tantos años-, algo que la humanidad nunca antes había podido presenciar: un hemisferio completamente democrático, mientras que la prosperidad fluye (!?) Gracias al comercio libre..."

... Suena bien como para las palabras de la lápida del mundo.